Este artículo trata sobre las redes sociales. Seamos claros sobre esto. Las redes sociales están por todas partes y no hay modo de escapar de ellas. Las usamos por muchas razones: para estar en contacto con amigos, para publicar fotos y estados, para compartir información o para recibir la que nos gusta o que seguimos de otros usuarios. Cualquiera que sea la razón, parece que las redes sociales nos tienen a todos en su juego. Actualmente, hay muy poca gente que no haya tenido nunca una cuenta en una red social. De hecho, se pueden observar tres tipos básicos de comportamiento en la red. Estos son:
- El entusiasta: a estas personas les encantan las redes sociales, se sienten bastante bien en su propia piel, siempre publicando, pulsando el botón de “me gusta” y compartiendo.
- El antisocial: estas personas se encuentran en una lucha continua con las redes sociales y borran sus cuentas de vez en cuando, sintiendo constantemente que no tienen la privacidad que quieren.
- El fantasma: son aquellas personas que, a pesar de tener cuentas, rara vez publican nada.
¿Qué hace a las personas actuar de este modo? Podríamos identificar algunas razones. Por un lado, tenemos fotos que muestran familias y parejas perfectas, fiestas fabulosas y desayunos estupendos. Todas estas son fotos de lo que se podría llamar felicidad. Es simplemente que las percepciones sobre la misma imagen varían: el entusiasta lo ve como “auténtica felicidad”, el antisocial, como “felicidad artificial o falsa felicidad”, y el fantasma lo ve como “felicidad cuestionable”.
Por otro lado, está el tema de ponerse al día con los amigos del instituto o contactar con familiares que viven en el extranjero. Las redes sociales generan una comunicación sencilla alrededor de todo el mundo. Y no solo nos ayudan a comunicarnos con todo el mundo, sino que también nos permiten tener una visión de qué aspecto tienen y de lo que hacen (claro que del modo subjetivo en el que eligen presentarse a sí mismos ante sus amigos en la red). Este componente de las redes sociales también puede tener sus pros y sus contras, a los que la gente puede reaccionar de modo diferente. Mientras que el entusiasta puede responder de manera positiva ante tales interacciones, el antisocial puede encontrar intrusivo este modo de ponerse al día. En cuanto a los fantasmas, como tales, pueden simplemente desaparecer de tal comunicación.
Pese a todo, las redes sociales son una parte importante de nuestra vida. Así que, ¿cómo te ves a ti mismo? ¿Eres un entusiasta, un antisocial o un fantasma?
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